Rodilla

Dolor y otros síntomas

Dificultad para empezar a caminar / Aflojamiento inesperado de forma reiterada / dolor por usar silla de ruedas / dolor que despierta / rótula trabada / Dificultad para subir o bajar escaleras /  Pata de ganso (Pes anserinum- Sindrome)

Escrito por el Dr. Pablo Rubén Koval, médico especialista en Medicina para la Autoorganización, Argentina.

Rodilla

El dolor es una de las formas que el organismo posee para expresar un desequilibrio, una desarmonía, una pérdida del orden vital. Cuando una parte del organismo duele es porque hay un trastorno en el funcionamiento de ese organismo; el orden natural tendiente al estado de salud, por alguna razón se ha perdido.

Para que una estructura se dañe espontáneamente o, tras un traumatismo o esfuerzo no termine de repararse naturalmente deben existir condiciones negativas generales previas que favorezcan esa alteración. Es decir, el organismo ha perdido su capacidad de reparación natural. Esa alteración se debe a la presencia de campos interferentes.

La artrosis y otros problemas crónicos de la rodilla representan el resultado de un proceso. Es decir, no ocurren porque sí, ni de un día para el otro.

Otros síntomas que pueden observarse con cierta frecuencia son: dificultad para empezar a caminar, aflojamiento inesperado, sensación de rótula trabada, dificultad para bajar o subir escaleras

La articulación de la rodilla, como cualquier otra parte del organismo, no puede ser analizada como un elemento mecánico que funciona independientemente de la persona. Es un elemento vivo y está sometido a todas los estímulos positivos y negativos, internos y externos, que sufre esa persona.

El dolor y la limitación del movimiento pueden aliviarse y mejorarse enormemente aún en casos de articulaciones severamente deformadas. Es decir que el grado de compromiso no se relaciona directamente con la intensidad del dolor.

Problemas de salud persistentes o recurrentes
Campos interferentes

Los campos interferentes ejercen estímulos fuertes sobre el sistema nervioso y pueden dar lugar al establecimiento de problemas de salud persistentes o recurrentes en cualquier parte del organismo. En la misma persona pueden coexistir varios campos interferentes. La medicina clásica no reconoce su existencia.

Los campos interferentes pueden haberse desarrollado en donde, en algún momento de la vida de la persona, hubo:
> un proceso inflamatorio o infeccioso: amígdalas (faringitis, anginas, difteria, mononucleosis, escarlatina); adenoides; senos de la cara (sinusitis); oídos (otitis); sistema nervioso central (meningitis, encefalitis); hígado (hepatitis); vesícula; páncreas; pulmón; bronquios; estómago; intestino; apéndice; riñón; vejiga (cistitis); próstata; pene (venéreas); ovarios; útero; vagina (infecciones); abscesos; úlceras; etc.
> una cicatriz por cirugía o herida en piel, mucosa, músculo, víscera, tendón o hueso (fractura).
> un traumatismo (golpe, caída, agresión física)
> problemas odontológicos: cicatrices de extracciones; una pieza desvitalizada (conducto); compromiso de la pulpa dentaria (nervio) por un arreglo profundo; granuloma; infecciones óseas residuales; quistes; odontomas; procesos inflamatorios o infecciosos presentes o pasados: periodontitis, bolsas gingivales; piezas en posición anómala, retenidas, semi-retenidas, desplazadas o inclinadas; muelas de juicio sanas sin espacio propio o en contacto con el canal del nervio mandibular; piezas embrionarias; restos de raíces; piezas utilizadas como pilares de puentes; metales (implantes, pernos, amalgamas, ganchos, prótesis); endodoncias con sobreobturación del material de relleno que irritan el hueso subyacente; ortodoncia en adultos y trastornos oclusivos (mordida).
> la memoria corporal de una carga afectiva, emocional o daño psicológico (estrés, pérdida, abuso sexual, tortura, etc.).
> un cuerpo extraño (metal, vidrio, hilo de sutura, talco de los guantes, etc.).

Una vez eliminados los estímulos nocivos provenientes de campos interferentes, las funciones corporales recuperan su normalidad y el organismo inicia su proceso de curación. Muchas veces los cambios son rápidos.

Nuestra tarea es encontrar el origen de la irritación del sistema nervioso y resolverla. El organismo se encargará de su propia curación.

Tratamiento

El tratamiento debería estar dirigido a la causa y no a la consecuencia; tanto los calmantes como los relajantes musculares, la kinesiología y la cirugía tratan la consecuencia. El uso prolongado de analgésicos-antiinflamatorios puede ser causa de importantes efectos tóxicos. Antes de someterse a una artroscopía, cirugía o infiltración de la rodilla, que sólo tratan las consecuencias, es conveniente buscar otras alternativas terapéuticas no invasivas que actúen sobre la causa.

La Medicina para la Autoorganización mediante terapia neural, modulación neuromuscular y odontología neurofocal permite resolver la causa.