Incontinencia fecal

Escrito por el Dr. Pablo Rubén Koval, médico especialista en Medicina para la Autoorganización, Argentina.

El mecanismo normal de defecar es sumamente complejo. Intervienen el sistema nervioso vegetativo, el sistema nervioso motor a través de los músculos abdominales y de los esfínteres, la dieta, estímulos externos sociales y ambientales.

Siendo la defecación una necesidad fisiológica pero a su vez un hecho social que debe efectuarse en el momento y lugar apropiados a las circunstancias, la corteza cerebral ejerce un riguroso control.

A su vez cada uno de los sistemas funciona en base a mecanismos de información y respuesta que permiten un accionar coordinado y efectivo. La información puede sufrir interferencias y llegar en forma anormal o no llegar a los centros cerebrales o medulares.

Las dificultades defecatorias constituyen el resultado de un proceso, es decir, no aparecen porque sí ni de un momento a otro. Las causas pueden ser no sólo problemas locales (hemorroides, fisuras, abscesos) sino también la acción de campos interferentes en cualquier lugar del cuerpo que comprometen las funciones naturales.

Cuando algunos de los sistemas involucrados en el acto de defecar falla, aparecen los síntomas, como necesidad urgente, escapes, pérdida de la sensación de recto lleno, emisión de gases con materia fecal, o la situación contraria, dificultad extrema para defecar regularmente con los consiguientes cambios de humor y dificultad para la actividad social.

Todo lo mencionado más el uso de pañales o de medicamentos antidiarreicos (la mayoría derivados de la morfina) o de agentes evacuatorios (la mayoría irritantes) puede conducir a la persona a un estado de angustia y depresión.

Los problemas defecatorios, como cualquier otra función del organismo, no pueden ser analizados como trastornos mecánicos que funcionan independientemente del resto de la persona.

Problemas de salud persistentes o recurrentes 
Campos interferentes

Los campos interferentes ejercen estímulos fuertes sobre el sistema nervioso y pueden dar lugar al establecimiento de problemas de salud persistentes o recurrentes en cualquier parte del organismo. En la misma persona pueden coexistir varios campos interferentes. La medicina clásica no reconoce su existencia.

Los campos interferentes pueden haberse desarrollado en donde, en algún momento de la vida de la persona, hubo o todavía hay: 
> procesos inflamatorios o infecciosos: amígdalas (faringitis, anginas, difteria, mononucleosis, escarlatina); adenoides; senos de la cara (sinusitis); oídos (otitis); sistema nervioso central (meningitis, encefalitis); hígado (hepatitis); vesícula; páncreas; pulmón; bronquios;estómago; intestino; apéndice; riñón; vejiga (cistitis); próstata; pene (venéreas); ovarios; útero; vagina (infecciones); abscesos; úlceras; etc. 
> una cicatriz por cirugía o herida en piel, mucosa, músculo, víscera, tendón o hueso (fractura). 
> un traumatismo (golpe, caída, agresión física)
> problemas odontológicos: cicatrices de extracciones; piezas desvitalizadas (conducto); compromiso de la pulpa dentaria (nervio) por un arreglo profundo; granulomas; infecciones óseas residuales; quistes; odontomas; procesos inflamatorios o infecciosos presentes o pasados: periodontitis, bolsas gingivales; piezas en posición anómala, retenidas, semi-retenidas, desplazadas o inclinadas; muelas de juicio sanas sin espacio propio o en contacto con el canal del nervio mandibular; piezas embrionarias; restos de raíces; piezas utilizadas como pilares de puentes; metales (implantes, pernos, amalgamas, ganchos, prótesis); endodoncias con sobreobturación del material de relleno que irritan el hueso subyacente; ortodoncia en adultos y trastornos oclusivos (mordida). 
> la memoria corporal de una carga afectiva, emocional o daño psicológico (estrés, pérdida, abuso sexual, tortura, etc.).
> un cuerpo extraño (metal, vidrio, hilo de sutura, talco de los guantes, etc.).

Una vez eliminados los estímulos nocivos provenientes de campos interferentes, las funciones corporales recuperan su normalidad y el organismo inicia su proceso de curación. Muchas veces los cambios son rápidos.

Nuestra tarea es encontrar el origen de la irritación del sistema nervioso y resolverla. El organismo se encargará de su propia curación.

Tratamiento

Ocuparse sólo de una estructura sin prestar atención a los elementos que la rodean, a focos irritativos distantes y a las características particulares de esa persona, conduce al fracaso de cualquier tratamiento.

La forma de resolver un problema tan complejo debe basarse en la corrección de los problemas locales y distantes, nuevos y viejos, propios de cada persona, que sólo puede lograrse con un tratamiento que abarque la problemática en su totalidad.

La medicina para la autoorganización mediante terapia neural o modulación neuromuscular cumplen este objetivo. La odontología neurofocal también es parte integrante de este nuevo concepto médico.