Dolor en el hombro- dolor en la mano

4 Casos clínicos tratados por el Dr. Pablo Koval, médico especialista en Medicina para la Autoorganización, Argentina.

Caso 1: Dolor en la mano. Enfermedad de Sudeck.

Consulta inicial: Mujer de 32 años que 7 meses antes sufrió un traumatismo simple del codo izquierdo y a partir de ese momento comenzó con dolor en la mano del mismo lado acompañado de edema, coloración azulada, calor-frialdad y dificultad para hacer cualquier tipo de tarea con esa extremidad. La paciente presentaba un estado de extrema ansiedad y reactividad ante cualquier estímulo. Además de lo señalado pudieron apreciarse nódulos subcutáneos dolorosas varias en diferentes partes del brazo izquierdo y molestias vaginales: flujo y ardor. Llegó medicada con antiinflamatorios, sedantes y antidepresivos. Se sugirió suspender toda la medicación.

Como antecedentes de su vida cabe mencionar anginas a repetición en la infancia, asma bronquial, operación de amígdalas y adenoides, un episodio de neumonía, diarreas de niña, cicatriz en el labio superior izquierdo, un parto y varios abortos.

En la primera sesión, teniendo en cuenta su extrema sensibilidad a las agujas se efectuaron aplicaciones en forma progresiva observando los resultados inmediatos. En primer lugar se hizo una aplicación en el área del golpe cuya piel presentaba un color más oscuro que el resto y en el área de la cicatriz de la vacuna antivariólica. Inmediatamente manifestó que el brazo se "aflojaba". A los minutos se efectuó una aplicación ginecológica suprapúbica produciéndose en forma inmediata un retroceso en la intensidad de los síntomas. Finalmente y en la misma sesión se aplicó en los pilares del paladar y en las adenoides mejorando aún más el cuadro clínico. Durante los días siguientes presentó: estado gripal con compromiso general, luego empezó a sentir más energía; ligero broncoespasmo; menos angustia en el pecho; más movilidad y menos dolor en la mano; uso natural de la mano, desaparición del edema y del color azulado; dolor en el cuello y dolor en los nódulos del brazo; los síntomas ginecológicos desaparecieron.

En la segunda sesión una semana después se hizo una aplicación torácica, en pilares del paladar y adenoides, en la cicatriz del labio y se trataron los músculos tríceps y esplenio del cuello del lado izquierdo. La mano siguió mejorando en cuanto a movilidad, temperatura y dolor durante los 18 días siguientes. Luego el proceso de mejoría se detuvo. Durante este período fue reduciendo la dosis de la medicación analgésica. Persistía el dolor en los nódulos subcutáneos del brazo pero éstos fueron mermando en tamaño y número. Durante este período presentó resfrío y una crisis asmática.

En la tercera sesión 22 días después de la segunda se hizo una aplicación en el ganglio estrellado izquierdo y en el músculo escaleno de ese mismo lado. A esta altura del tratamiento tomaba sólo un comprimido antiinflamatorio por día, mejoró la movilidad y el dolor en la mano. Persistía cierta diferencia térmica entre ambas manos. así como el dolor cervical.

En la cuarta sesión 11 días después de la tercera se aplicó en pilares del paladar, adenoides y se efectuó modulación neuromuscular en músculos del hombro y brazo. Se hizo una aplicación intravenosa.

Controlada periódicamente, la paciente continuó mejorando. Los nódulos subcutáneos desaparecieron, recuperó el uso de la mano y el equilibrio emocional.

Caso 2: Dolor hombro-mano. Distrofia simpática.

Consulta inicial: Mujer de 26 años que 1 mes antes comenzó con dolor intenso y adormecimiento (hormigueo) en el hombro, brazo y mano izquierdos asociado a cambios de temperatura en esa extremidad, reducción del tamaño del ojo izquierdo y lagrimeo. Previamente a la aparición de este cuadro llevó "a caballito" en los hombros a su sobrino. Cinco meses antes fue asaltada y en el intento de arrebato de su cartera colgada del hombro izquierdo cayó al suelo y fue arrastrada varios metros.

Padecía dolor en hombros y cuello desde hacía mucho tiempo. De su historia de vida cabe señalar operación por tendinitis en la muñeca derecha, anginas (faringitis-amigdalitis) a repetición, asma bronquial, cicatriz en mentón y en nariz por cortes de niña, dolor en el 2º molar superior derecho, cirugía por astigmatismo en ambos ojos.

En la primer consulta la joven llegó con un collar ortopédico y un chaleco con soporte para el brazo, muy angustiada y dolorida, desorientada por el diagnóstico de distrofia simpática sin respuesta a los medicamentos (es más, los medicamentos carbamacepina, propoxifeno-dipirona, amitriptilina y corticoides la habían convertido en un "zombie"). Se interpretó que los episodios de asalto y arrebato así como el de llevar a "caballito" en los hombros fueron hechos sólo desencadentes y que el antiguo y persistente dolor en cuello y hombros se debía a una interferencia distante.

Por lo tanto en primer lugar se trató la cicatriz de la muñeca derecha, la cicatriz del mentón y la de la nariz. Inmediatamente experimentó sensación de relajación parcial del brazo izquierdo. Luego se complementó con aplicación en amígdalas y adenoides obteniéndose una relajación aún mayor del brazo y recuperación de tamaño del ojo izquierdo. Como resultado en los días siguientes suprimió toda la medicación con excepción de los corticoides que fue dejando paulatinamente. Experimentó una mejoría importante que duró 48 hs.

En la segunda sesión 2 días después de la primera y en la tercera 7 días después de la primera se aplicó modulación neuromuscular en músculos del cuello y brazo izquierdo. Obteniéndose una importante mejoría. Como reacción, a los 3 días presentó dolor en el 2º molar superior derecho, dolor de oídos (la madre se acordó que de niña había tenido numerosos episodios de otitis) y dolor de garganta. El dolor del brazo se mantuvo mucho mejor hasta el momento de su menstruación en que empeoró ligeramente.

En la cuarta sesión 15 días después de la primera se aplicó en la garganta, mastoides (oídos), 2º molar y región ginecológica por vía pelviana. Se completó la modulación neuromuscular en músculos del cuello, tórax y brazo izquierdo.

La recuperación fue completa.

Caso 3: Falso síndrome del túnel carpiano

Consulta inicial: Hombre de 62 años que consultó por dolor en ambas manos a predominio de la derecha, operada con el diagnóstico de túnel carpiano. La operación no alivió la sintomatología sino, por el contrario, la agravó.

Nos consultó porque el cirujano traumatólogo tenía la intención de operar la otra muñeca, también con el diagnóstico de túnel carpiano.

Examen y tratamiento: El examen físico demostró compromiso (contractura - acortamiento) de los músculos escalenos del cuello, en ambos lados, complicado con compromiso de músculos del antebrazo.

Iniciamos primero el tratamiento del lado operado y más dolorido. Efectuamos la modulación neuromuscular de las estructuras afectadas. El resultado fue bueno, pero parcial. El antecedente de estar operado de las amígdalas oriento al tratamiento de esta región, lo cual dio como resultado alivio completo de los síntomas. Ante la buena respuesta el paciente se convenció de que no se trataba de un "túnel carpiano".

Discusión: Los músculos escalenos se encuentran en íntimo contacto con el paquete de nervios y vasos sanguíneos que desde la región cervical pasan al brazo y llegan a la mano. Su contractura o acortamiento puede irritar a los nervios y causar dolor en la mano y contractura o acortamiento de otros músculos del brazo. El examen electromiográfico no siempre permite detectar el sitio de la compresión nerviosa. El tratamiento se hace en el consultorio, no deja secuelas y prácticamente carece de complicaciones. La presencia de una interferencia (en este caso, cicatriz de amígdalas) puede causar la contracción de músculos distantes. Si no se trata la interferencia no puede lograrse la resolución completa del problema.

La cirugía, una vez realizada es irreversible.

Caso 4: Dolor en una mano causada por cicatriz en la muñeca opuesta

Consulta inicial: Mujer de 65 años que consultó por dolor en la mano derecha con diagnóstico de síndrome del túnel carpiano pronta a ser operada.

Examen y tratamiento: Como antecedente puede señalarse un corte en la cara anterior de la muñeca izquierda con el vidrio de una ventana a los 12 años de edad estando internada en un colegio, aislada de su familia. Un dato interesante del examen físico fue la presencia de uñas deformadas en esa mano y la piel seca y resquebrajada (distrofia). Esa mano también dolía pero no era motivo de consulta porque el dolor tenía más de 40 años de existencia sin ningún alivio.

La aplicación en la cicatriz en la extremidad contraria al motivo de consulta produjo alivio del 100% en la mano izquierda y parcial en la derecha.

El procedimiento se repitió en cuatro oportunidades mejorando la sintomatología totalmente en ambas manos. En un control a los 6 meses el aspecto de la mano izquierda había mejorado notablemente incluso las uñas. Recuperó el movimiento y la fuerza en ambas extremidades

Comentario: la sintomatología puede presentarse en espejo a partir de un campo interferente en un lado y aparecer en el lado contrario muchos años después. No todo dolor en la mano es igual a síndrome del túnel carpiano.