Medicamentos impositivos y sus complicaciones
Antiácidos y fracturas óseas.
Escrito por el Dr. Pablo Rubén Koval, médico especialista en Medicina para la Autoorganización, Argentina.
Medicina impositiva vs. medicina facilitadora
Es importante diferenciar entre una medicina impositiva y una medicina facilitadora.
La medicina impositiva con sus medicamentos "anti" (anti-dolor, anti-infección, anti-inflamación, anti-fiebre, anti-depresión, anti-diarrea, anti-espasmo, anti-hipertensión, etc.) y con sus medicamentos "favorecedores de" (broncodilatadores, inductores del sueño, estimulantes del apetito, evacuantes intestinales, para la circulación, etc.)pretende indicarle al organismo qué es lo que tiene que hacer, sin respetar su capacidad de autoorganización. Esta conducta habitualmente conduce a más enfermedad o a "nuevas" enfermedades.
En cambio, la medicina facilitadora con sus impulsos de lidocaína o procaína propende a la autoorganización y, por lo tanto, a la recuperación de la salud. Dichos estímulos ayudan al organismo a encontrar su camino de mejoría y de ser posible curarse definitivamente.
Antiácidos
Los antiácidos pueden ser causa de fracturas porque inhiben la absorción del calcio provocando osteopenia.
Un estudio médico demostró que tomar antiácidos durante más de un año puede asociarse a fractura de cadera espontánea o con trauma mínimo en personas de más de 50 años. El trabajo, publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), examinó los registros médicos de más de 145.000 pacientes en Inglaterra, con una gran base de datos. El promedio de edad de los pacientes era de 77 años.
Ciertos antiácidos actúan sobre la llamada bomba de protones (omeprazol). Otros son bloqueadores H2 (ranitidina). Ambos tipos de fármacos se usan para tratar gastritis, úlceras, efectos del reflujo gastroesofágico y para aliviar la sensación de ardor estomacal asociado a la alimentación o al estrés. Por otra parte, los antiácidos son indicados frecuentemente para acompañar a los antiinflamatorios porque estos últimos aumentan la secreción de ácido. Es decir, un síntoma como el dolor es tratado con antiinflamatorios, éstos provocan ardor estomacal por aumento de la secreción de ácido lo cual requiere un antiácido que a su vez puede ser causa de fracturas. Agregando más eslabones a la cadena, las fracturas de cadera en adultos mayores a menudo llevan a complicaciones que pueden poner en riesgo la vida. Este encadenamiento de hechos nocivos es común con los fármacos impositivos de la medicina clásica.
Normalmente el estómago segrega ácido clorhídrico que permite la digestión de las proteínas y la absorción de nutrientes esenciales como el calcio. El exceso de secreción ácida provoca ardor, quemazón, dolor estomacal y esofágico y lesiones en la mucosa.
La solución no consiste en suprimir impositivamente con antiácidos la secreción en el estómago, sino en descubrir la causa de ese desequilibrio y mediante técnicas de la medicina para la autoorganización lograr que el organismo se biorregule hacia la curación.