Cicatrices

QUELOIDES / QUEMADURAS / ADHERENCIAS / AMPUTACIÓN / ENUCLEACIÓN / FRACTURAS / FISURAS.

PROBLEMAS ASOCIADOS: Dolor postquirúrgico persistente, dolor postraumático persistente, trastornos funcionales, interferencia de la información. 

Escrito por el Dr. Pablo Rubén Koval, médico especialista en Medicina para la Autoorganización, Argentina.

Las cicatrices

Las cicatrices, tanto las de origen quirúrgico como traumático o inflamatorio, grandes o pequeñas, recientes o antiguas, externas o internas, molestas o no, pueden ser interferentes. Las quemaduras, las fracturas, la enucleación, la extracción de las amígdalas o de piezas dentarias, los procedimientos "mínimos" (laparoscopía, arteriografía, canalización, inserción de un stent, etc.), la amputación de una extremidad, las heridas de bala o de elementos cortantes o punzantes, el desgarro tras un parto, la lesión del ano por penetración, un absceso, un forúnculo, una mordedura, el herpes zóster o la picadura de un insecto dejan cicatriz. Localmente el área puede ser totalmente asintomática, o bien, presentar prurito, sensibilidad extrema, dolor a la presión, cambios en relación al clima, al estado de ánimo o a otros estímulos.

Las cicatrices con frecuencia constituyen áreas de interferencia. El tejido de la cicatriz funciona de modo diferente a como funciona el tejido normal. La condición eléctrica del tejido cicatrizal es diferente a la del tejido normal. Por los tejidos normales la información circula constantemente sin interrupción. De ese modo el sistema nervioso sabe qué es lo que está ocurriendo en cada instante y en cada lugar del organismo y a su vez puede responder manteniendo a todo el sistema en un equilibrio saludable. El tejido de la cicatriz, en cambio, constituye una barrera, un ruido, para esa información por su diferente estado eléctrico. Son notables los efectos interferentes de las cicatrices.

Las cicatrices cuando actúan como campos interferentes pueden dar manifestaciones regionales, a distancia o generales; en esos casos suelen constituir una fuente importantísima de dolor y de trastornos funcionales. El daño de fibras nerviosas en el momento de la cirugía o del traumatismo o el atrapamiento de filetes nerviosos en el nuevo tejido conectivo cicatrizal constituyen la irritación inicial que puede modificar circuitos autoorganizativos biológicamente económicos y generar un campo interferente. Dicho tejido disfuncional, puede alterar funciones nerviosas naturales y manifestarse con síntomas y/o signos
en el área de la lesión, 
en una zona relacionada neurológicamente, 
a distancia o 
a nivel general, en áreas no relacionadas desde el punto de vista neuroanatómico.

Estas manifestaciones pueden afectar músculos, vísceras, vasos y al propio sistema nervioso.

La activación de estructuras musculares puede provocar dolor, limitación del movimiento, pérdida de fuerza. 
El compromiso visceral puede dar lugar a dolor y síntomas diversos: broncoespasmo, disnea, acidez, reflujo, asco, inapetencia, sensación de plenitud, náuseas, vómitos, meteorismo, diarrea, constipación, incontinencia, retención urinaria, disuria, trastornos genitales, etc. 
En particular, la cicatriz de la enucleación puede causar además de dolor local o regional, trastornos en el otro ojo.
Una cicatriz puede dar lugar a problemas circulatorios, arritmias, cambios en la presión arterial, edema regional, cambios de temperatura y/o color de una extremidad, 
lagrimeo, 
sudoración excesiva o sequedad cutánea, 
epilepsia, 
movimientos incontrolados, 
trastornos del sueño, 
del ánimo, 
pérdida de la vitalidad, etc.

La infiltración de tejido cicatrizal disfuncional con lidocaína muy diluida puede traducirse en alivio o curación de síntomas regionales, distantes o generales. Es importante saber que todo estímulo sobre el sistema nervioso afecta la totalidad de la red nerviosa.

De acuerdo a nuestras observaciones clínicas, concluimos que la acción persistente irritativa del tejido cicatrizal disfuncional sobre el sistema nervioso genera cambios en los circuitos de autoorganización que se traducen en alteraciones de funciones naturales, es decir, en síntomas y signos de enfermedad.

Como situación particular, cabe mencionar que las cicatrices que se encuentran en el área de una articulación pueden transformarse en un obstáculo para el movimiento cuando tienen escasa elasticidad. Este trastorno puede subsanarse mediante la infiltración del tejido cicatrizal con un agente neuralterapéutico.

Muchas veces un dolor o un trastorno funcional que apareció después de una cirugía o de un accidente y que persiste meses o años se resuelve con el correcto tratamiento de la cicatriz.

En los casos de amputación la cicatriz cutánea u ósea puede causar dolor en el muñón e intolerancia a la prótesis.

El tratamiento de una cicatriz frecuentemente se traduce en el alivio de un dolor, en el mejoramiento del estado de ánimo, en la recuperación del movimiento y en el restablecimiento de problemas funcionales (respiratorio, digestivo, hormonal, ginecológico, urológico, cerebral, etc.).

Tratamiento

La Medicina para la Autoorganización mediante la inyección de lidocaína diluida al 0.375% en los sitios adecuados puede restablecer el funcionamiento normal del tejido cicatrizal. Este medicamento inyectado localmente normaliza la actividad eléctrica de la cicatriz integrándola al resto de los tejidos y permitiendo el flujo normal de información.

La Medicina para la Autoorganización ofrece una excelente solución terapéutica evitándo el uso de múltiples medicamentos ineficaces.