EPILEPSIAS / AUSENCIAS
Escrito por el Dr. Pablo Rubén Koval, médico especialista en Medicina para la Autoorganización, Argentina.
Epilepsias. Ausencias.
Las epilepsias son síndromes caracterizados por crisis de aparición y cesación bruscas que tienen tendencia a reproducirse con intervalos variables. La crisis epiléptica es una descarga brusca, rápida, excesiva e iterativa del sistema nervioso central, con alteraciones electroencefalográficas concomitantes y específicas. Las epilepsias son un cierto modo anormal de reacción del tejido nervioso frente a un estímulo y tal reacción anómala depende en último grado de un aumento de la intensidad del estímulo, o de una disminución del umbral necesario para impedir la respuesta anormal.
Clínicamente pueden distinguirse las crisis de gran mal con movimiento de partes del cuerpo y pérdida de las conciencia, y las crisis de pequeño mal: ausencias, mioclonias y acinesias (cataplexias).
Para la medicina clásica, descartados los tumores y las malformaciones vasculares cerebrales, el tratamiento es con fármacos.
Que la reacción sea cerebral no significa necesariamente que el problema causal se encuentre allí. Como el sistema nervioso es una red totalmente interrelacionada, un problema en un sitio puede manifestarse en otro, en este caso en ciertas estructuras nerviosas centrales.
La epilepsia expresa un desequilibrio en el organismo, una desarmonía, una pérdida del orden vital. El orden natural tendiente al estado de salud, por alguna razón se ha perdido.
Habitualmente la causa es una irritación del sistema nervioso ocurrida con anterioridad (meses, años), en cualquier lugar del organismo, que finalmente interfiere la capacidad de autoorganización natural. Esa irritación se mantendrá en la memoria del cuerpo hasta tanto no sea corregida mediante tratamiento adecuado.
Los problemas del sistema nervioso, como de cualquier otra estructura del organismo, no pueden ser analizados como trastornos mecánicos que funcionan independientemente del resto de la persona. Está constituido por elementos vivos sometidos a todos los estímulos positivos y negativos, internos y externos, que sufre la persona; a su vez el compromiso de cualquier porción del organismo afecta a la totalidad del ser.
El tratamiento debería estar dirigido a la causa y no a la consecuencia; los medicamentos anticonvulsionantes evitan que el sistema nervioso reaccione con violencia, pero sólo tapan el problema, no lo resuelven. En muchos casos pueden resolverse problemas de epilepsia encontrando y tratando campos interferentes irritativos. La medicina clásica no reconoce la existencia de campos interferentes.
Los campos interferentes ejercen estímulos fuertes sobre el sistema nervioso y pueden dar lugar al establecimiento de problemas de salud persistentes o recurrentes en cualquier parte del organismo. En la misma persona pueden coexistir varios campos interferentes. La medicina clásica no reconoce su existencia.
Una vez eliminados los estímulos nocivos provenientes de campos interferentes, las funciones corporales recuperan su normalidad y el organismo inicia su proceso de curación. Muchas veces los cambios son rápidos.
Nuestra tarea es encontrar el origen de la irritación del sistema nervioso y resolverla. El organismo se encargará de su propia curación.