Odontología neurofocal. Dientes y muelas causantes de dolores y enfermedades.

22.01.2018

A continuación os dejamos con un texto del Dr. Pablo Koval, Médico especialista en Terapia Neural Médica y Odontológica donde nos habla sobre cómo los dientes y muelas pueden ser causantes de dolores y enfermedades en el ser humano.

"Muelas y dientes son estructuras vivas que participan activamente en la dinámica de la persona. Problemas en la dentadura suelen repercutir en el resto del organismo. El concepto de foco odontológico infeccioso es bien conocido y aceptado y ningún profesional de la salud tiene dudas acerca de la necesidad de tratar ese tipo de patología. Lo que aún no es conocido ni aceptado por la generalidad es el concepto de foco odontológico irritativo neural. La odontología neurofocal intenta cubrir esta deficiencia. El motivo de la acción negativa que dientes y muelas pueden ejercer sobre el resto del organismo se entiende comprendiendo que el ser vivo funciona como una unidad y que un problema odontológico puede actuar como campo interferente y manifestarse con síntomas y signos (enfermedad) en cualquier parte del cuerpo. Es común que el odontólogo clásico no intervenga si no existe dolor local. Justamente un problema es el hecho de que estas irritaciones pueden ser silenciosas localmente, actuar en forma persistente y causar trastornos a distancia después de cierto tiempo (meses, años).

El odontón, la unidad odontológica, está constituido por la propia pieza dentaria, el tejido de sostén y de relación con el organismo, así como por sus arterias, venas, linfáticos y nervios. Este concepto es importante porque integra la pieza dentaria con la totalidad.

La actividad interferente irritativa del sistema nervioso puede originarse a partir de la propia patología odontológica, de la presencia de piezas "normales" pero en posiciones anómalas y de los arreglos odontológicos así como de los materiales empleados para ello. La técnica odontológica moderna, es todo un arte demoledor, pues al perturbar áreas altamente sensibles produce más enfermedad y desgracia en el organismo que el bien que aporta para morder, masticar y sonreir.

En general, pueden resultar interferentes: cicatrices de exodoncias; una pieza desvitalizada; el compromiso de la pulpa dentaria; un granuloma; los procesos osteíticos residuales; los quistes; los odontomas; los procesos inflamatorios o infecciosos: periodontopatías, bolsas gingivales; las piezas en posición anómala, retenidas, semi-retenidas, desplazadas o inclinadas; los terceros molares sanos sin espacio propio o en contacto con el canal mandibular; las piezas embrionarias; los restos radiculares; las piezas utilizadas como pilares de puentes; los metales (implantes, pernos, amalgamas, ganchos, prótesis); endodoncias (conductos) con sobreobturación del material de relleno que irritan el hueso subyacente; la ortodoncia en adultos y los trastornos oclusivos.

Los mecanismos por los que los diferentes ejemplos mencionados causan irritación neural son diversos. Los canalículos dentinarios ocupados por tejido intersticial, vascular y nervioso vinculan el interior de la pieza dentaria, a través del cemento, con el resto del organismo. Esa vinculación facilita que los materiales de la descomposición orgánica por procesos infecciosos o necróticos, naturales o iatrogénicos, irriten al sistema nervioso. La destrucción del tejido nervioso en las endodoncias y el estímulo directo sobre estructuras nerviosas de piezas mal ubicadas constituyen irritaciones directas. La actividad galvánica de diferentes metales en el medio ácido de la boca (según P. Dosch, puede generarse corriente de hasta 800 mV), así como la actividad de iones metálicos producto de la corrosión, generan estímulos irritativos cuyas consecuencias aún no han sido bien estudiadas. Lo mismo puede decirse de las fuerzas anómalas ejercidas sobre las estructuras de sostén del odontón por piezas inclinadas, pilares de puentes u ortodoncia. Los procesos inflamatorio-infecciosos y las cicatrices de exodoncias y de otras intervenciones quirúrgicas pueden adquirir el carácter de campo interferente como en otras partes del cuerpo. La irritación neural, finalmente, puede dar lugar a problemas de salud regionales, distantes o generales.

Como recurso diagnóstico, además de la evaluación clínica y radiológica, es muy útil la denominada prueba de Huneke, que consiste en la aplicación del agente neuralterapéutico en torno a la pieza sospechosa o en áreas edéntulas. En nuestra práctica, cuando la sospecha recae en varios puntos, avanzamos uno a uno y esperamos durante unos minutos algún tipo de cambio (aunque sea mínimo), en la sintomatología de consulta. Cuando la prueba es positiva no quedan dudas de la relación existente entre esa pieza y la manifestación patológica.

La resolución de campos interferentes odontológicos puede lograrse mediante arreglos y procedimientos conservadores, reemplazo de los metales por otros materiales neutros y, muchas veces, con la extracción de la pieza causal y el curetaje del hueso subyacente afectado. En el caso de encías sin dientes con actividad interferente, el tratamiento consiste en la infiltración de un neuralterapéutico, como se hace en otros campos interferentes del resto del cuerpo. Tras una extracción, la parte restante del odontón puede aún conservar información interferente, lo cual exige tratamiento adicional mediante la infiltración de un agente anestésico local en la región afectada, las veces que sea necesario, hasta la desaparición de la sintomatología.

La odontología neurofocal, parte integrante de la medicina para la autoorganización considera que es enorme la influencia que tiene la dentadura sobre el estado de salud general del organismo, tanto psíquico como físico. Tanto es así que con mucha frecuencia la corrección de problemas dentales resuelve patología rebelde a toda terapéutica.

Como anécdota presentaremos el caso de un señor de 55 años de profesión odontólogo que consultó por dolor lumbar incapacitante, rebelde a diversos tratamientos, atribuido a la postura que debía adoptar en su trabajo. Grande fue la sorpresa y el escepticismo cuando le dijimos que su muela de juicio retenida en el hueso maxilar (no había salido hacia la superficie) y en posición horizontal podía ser la causa de sus problemas. Más grande fue su sorpresa, ya no escéptico, cuando la "mochila lumbar" desapareció en un 80% tras la cirugía. Fue necesario complementar el tratamiento con modulación neuromuscular. Actualmente este odontólogo está compenetrado con los conceptos de la odontología neurofocal.

La Medicina para la Autoorganización ofrece una visión diferente y totalizadora de la salud y de la enfermedad.