Lumbalgia y cicatriz de cesárea.
Paciente mujer de 38 años acude a nuestra clínica a causa de una lumbalgia crónica que padece desde hace un año. Durante el diagnóstico vemos que refiere un dolor en la zona derecha de la articulación sacroilica que irradia hacia la ingle. Para nosotros es imprescindible conocer qué le paso a nuestra paciente los años previos a dicha patología, por ello conocer de buena mano la historia de vida (operaciones, traumas, pérdidas, etc) es primordial. Nuestra paciente nos habló acerca del momento en el que dio a luz a su primer hijo. Fue un parto por cesárea programado donde todo salió bien, sin embargo a partir de los 6 meses comenzó a sentir muchas molestias en la cicatriz de la cesárea.
En un principio la paciente no quiso ser tratada con Terapia Neural, es normal en aquellas personas desconfiadas que no conocen la técnica. Nosotros no les tratamos con Terapia Neural si no quieren, preferimos explicarles el procedimiento y darles tiempo para que asimilen esta forma tan distinta de tratar la enfermedad. El paciente ha de estar convencido con su tratamiento para que éste sea efectivo. Por lo tanto, una vez terminada la historia de vida, y todos los datos clínicos, le hacemos una sesión de osteopatía para reestructurar la movilidad de la pelvis. La paciente no sintió ninguna mejora en su molestia por lo que volvió a acudir 10 días después a la clínica. Ella quería ser la misma persona de antes, estaba dispuesta a participar en su proceso de sanación, por lo que vino convencida de ser tratada, esta vez, con Terapia Neural. Nuestra pista principal fue el primer parto, por lo que seguramente la cicatriz estaría actuando como un campo interferente en su sistema nervioso. Le aplicamos Terapia Neural en toda el área de la cicatriz y a los minutos la paciente nada más bajar de la camilla notó un alivio muy importante. Pasados 4-5 días la paciente nos comunicó que estaba muy feliz y totalmente asintomática.
En su caso, la cicatriz de su primer parto estaba actuando como un campo interferente, no permitiendo a su sistema nervioso poder autoorganizarse y regularse por sí mismo, por ello, padecía lumbalgias crónicas recurrentes.
¿Por qué una cicatriz puede ser un campo interferente en nuestro organismo? Hay que entender que el proceso de cicatrización está regulado por el sistema neuro-vásculo-vegetativo. Cualquier herida en el cuerpo humano cicatriza a través del tejido conectivo. Y es el tejido conectivo el que mantiene "comunicadas" a todas las partes y funciones del cuerpo. Es decir, se cree que la cicatriz puede estar originando una "interferencia" en la información que circula por el organismo, de forma que puede llegar a dificultar el correcto funcionamiento de otras zonas corporales que a priori, no creíamos relacionadas con ella. El sistema nervioso es un integrador de todos los órganos y tejidos y cualquier "irritación" interfiere en su totalidad. Una cicatriz puede convertirse en un foco irritative y estar creando "desequilibrio" y otras dolencias más difusas (dolores en otras zonas del cuerpo, mal funcionamiento de algunos órganos, etc) que se resisten a tratamientos. No todas las cicatrices se pueden comportar como foco irritative, por eso siempre decimos que no hay enfermedades, sino enfermos.