Dolor escapular y área bucodental en mal estado.

08.02.2018

 31/01/2018: Paciente varón de 57 años acude a nuestra Clínica por un dolor persistente en escapular derecha de tres meses de evolución, disminuyendo el movimiento fisiológico en rotación interna y abducción. Fue tratado por diferentes especialistas sin apreciar ninguna mejoría importante.

Antecedentes personales: El informe hospitalario tras prueba complementaria es el siguiente: calcificación del tendón supraespinoso.

Campos interferentes: Separación matrimonial traumática 18 años atrás. Amígdalas. En julio de 2017 le retiraron todas las piezas dentales para ponerle una prótesis Valplast removible. El paciente desde su adolescencia tuvo un área bucodental en mal estado. 

Primera sesión: Pedimos al paciente que busque los movimientos que le causan dolor. Apoyándonos de la información que nos da la ortopantografía, tratamos con terapia neural todo el maxilar superior. Tras esperar unos minutos volvemos a pedir al paciente que haga los movimientos que previamente le causaban dolor. El paciente muy asombrado pudo realizar estos movimientos, ya que tanto la movilidad como el dolor había mejorado considerablemente. El paciente, algo incrédulo nos comunica que "algo se ha relajado", no sabe cómo describir la sensación. Viendo la respuesta del organismo, decidimos esperar a tratar el maxilar inferior más adelante, porque no es bueno "agredir" al sistema nervioso con muchas aplicaciones de terapia neural.  Al día siguiente el paciente nos cuenta que no siente dolor y que puede realizar los movimientos con total normalidad, sólo siente una sensación de prurito en la parte posterior del hombro (romboides) con una frecuencia de dos a tres episodios al día. 

Segunda sesión (5/02/2018): Realizamos el mismo tratamiento que en la primera sesión y además hacemos modulación neuromuscular en el músculo romboides. Al día siguiente el paciente nos comunica que la sensación de prurito está disminuyendo paulatinamente, y que el hombro está asintomático. 

Nota: A pesar de que el paciente estaba completamente desdentado, el maxilar superior se comportaba como un área parabiótica (cambios en la información eléctrica de la célula), tras haber llevado piezas en mal estado durante años. Además la prótesis Valplast se pudo haber comportado también como un foco irritativo. La importancia de la irritación neural en la boca, se debe a la magnitud del nervio trigémino teniendo tres ramas principales: Nervio oftalmológico, nervio maxilar y nervio mandibular. Desde estas ramas parten más ramas nerviosas que inervan el cuello, oído, hombro, estómago, etc. Muchas piezas en buen o mal estado pueden afectar a cualquiera de esas ramas y provocar infinidad de manifestaciones a distancia. Además los tratamientos odontológicos más agresivos se pueden comportar como irritaciones neurales, aunque el tratamiento esté bien realizado. Por ello despista a muchos odontólogos, el foco irritativo neural no se estudia en la carrera universitaria, sino en la especialización de Odontología Neurofocal, donde se relaciona la zona bucodental con el resto del organismo. 

A continuación las ortopantografías del paciente antes y después de las extracciones de todas las piezas dentales.